Quizas si la mayor de la traición al pueblo de Chile, la hayan realizado los militares comandados por Pinochet durante su dictadura. No solo se llevaron a cabo hechos de lesa humanidad (crímenes, torturas, violaciones de mujeres con animales, desaparición de personas, cuerpos abiertos en sus estómagos lanzados al mar amarrados a durmientes, etc) si no que además robaron empresas del estado, de propiedad de todos los chilenos y los vendieron a precio de huevo a quienes hoy conforman los grupos de poder en el país. Es curioso que antes de 1980, la mayoria de quienes hoy sustentan las mayores riquezas hayan sido personas comunes y corrientes, profesionales de clase media, hijos muchos de ellos de funcionarios públicos como lo ha recalcado el mismo Piñera en sus discursos, estudiantes en su mayoría de la Pontificia Universidad Católica y con carreras comerciales.
Portada El Saqueo, Monckeberg, 2001. |
La periodista Maria Olivia Monckeber en su libro en el que trata El desfalco al estado de Chile, una investigación que le duro tres años, detalla como muchos de estos personeros se enriquecieron indebidamente durante esos oscuros años del país donde ocuparon los directorios y gerencias de estas empresas, cargos desde donde maquinaron los procesos de ventas que terminaron con las empresas de los chilenos en sus bolsillos. Esto es quizás el hecho que mas marco y marcara por generaciones a los chilenos. La pobreza de millones de compatriotas se lo debemos a los militares, lo mismos quienes son mandatados por la constitución para proteger al país y a sus ciudadanos y por quienes sacrificamos el 10% de la venta de nuestro cobre para que se vistan y vivan como lo hacen.