Por Enrique Escobar Fernandoy*
La tierra tiembla menos que el dolor,
ella lo hace sólo para acomodarse
y le basta con un instante en años,
nuestra pena se prolonga en mil agujas
envenenadas de muerte y devastación.
Los avaros que edifican con jirones
matan más que el estremecimiento
Los avaros que edifican con jirones
matan más que el estremecimiento
de un planeta enfermo de consumismo,
los avaros no conocen el orgasmo,
apenas se solazan con un rictus
Los avaros contagian la mediocridad,
transmiten la mierda de realitys
inoculan la adicción por las marcas
son buitres que con descaro
suben las acciones en medio del funeral.
Los avaros se fornican a incautos y a soldados
nos hacen consumir alimentos pestilentes,
cantar basuras adornadas con la fama,
adorar y babosear tras falsos dioses
y nos asustan con demonios comunistas.
los avaros son impotentes sempiternos
privados del asombro, huérfanos de poesía,
no saben de creación, tan sólo especulan,
se apoderan de cada creador y de la vida ajena,
todo lo transforman en mercancía.
Para ellos son negocio y plusvalía
las universidades, la enfermedad y la muerte,
lucran con drogas camufladas y silentes,
roban hasta la dignidad del pobre
y de tanto medrar alcanzan la presidencia.
Ellos son los peores terremotos
no el estremecimiento de la tierra asolada
que busca un balance porque está viva
y se acomoda.
*Psiquiatra y escritor. Miembro de CREA
Marzo 2010.
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